Ahora vamos a ver el músculo supinador.
También se le llama supinador corto para diferenciarlo del supinador largo que sería el braquiorradial.
Fijaros que en posición anatómica los brazos están extendidos a los lados del cuerpo con las palmas de las manos mirando hacia delante. Eso quiere decir que las manos están en posición supina y por tanto ahora estáis viendo el músculo supinador, contraído.
Ahora vamos a ver al musculo supinador corto, relajado.
Por tanto, desde la posición anatómica estamos viendo al supinador, ejerciendo su función, que como su nombre indica, es un supinador del antebrazo.
Se ubica en la capa profunda del compartimiento posterior del antebrazo y junto con el braquial, forma el piso de la fosa cubital ,que ya hemos visto en otros videos, es esta pequeña depresión en forma de triángulo que se localiza en la superficie anterior del codo.
El borde medial de la fosa cubital es el pronador redondo, el borde lateral es el braquiorradial y el borde superior está entre los epicóndilos mediales del húmero. La función de la fosa cubital es actuar como un pasaje de nervios, tendones y arterias para viajar entre la parte superior del brazo y el antebrazo.
El supinador pertenece al grupo de los músculos epicondíleos, debido a su lugar de origen en el epicóndilo lateral del húmero. Por eso cuando se lesionan sus tendones se denomina como epicondilitis, que es el famoso codo de tenista.
Está formado por dos pequeñas láminas musculares enrolladas sobre la porción superior del radio.
A estas cabezas las llamamos según su origen. La cabeza humeral es más superficial y tendinosa. Sus fibras se orientan oblicuas hacia abajo. Tiene su origen en el epicóndilo lateral del húmero.
La otra cabeza es la cubital y es más profunda. Tiene su origen por debajo de la escotadura radial del cúbito, en esta superficie que se llama fosa supinatoria.
Las fibras procedentes de ambas cabezas forman dos láminas musculares superpuestas que se enrollan de posterior a anterior sobre el segmento superior del radio.
Las dos láminas terminan en el contorno posteroexterno del tercio superior del cuerpo del radio a nivel de la inserción del pronador redondo.
Vamos a ver su acción:
Aunque es uno de los músculos epicondíleos por su lugar de origen, este no cumple con la misma función de los demás, que son extensores.
Ya hemos visto que cuando el músculo supinador está relajado, la mano está pronada por tanto la palma de la mano mira hacia detrás o hacia abajo si el codo está flexionado.
En este estado de inactividad, el músculo se enrosca alrededor de la parte proximal del radio. pero en el momento que se contrae comienza a tirar lateralmente del radio, produciendo la supinación del antebrazo.
Curiosamente el pronador redondo se inserta casi en el mismo sitio que el supinador pero sus orígenes son diferentes y la dirección de sus fibras son opuestas. Esto hace que sean antagonistas. El pronador redondo rota medialmente el radio, produciendo la pronación del antebrazo, justo el movimiento opuesto al de supinación.
Vamos a ver su inervación:
Entre las dos cabezas del supinador hay un pequeño hueco por donde pasa el nervio interóseo dorsal, que es la rama profunda del radial, para alcanzar el plano posterior del antebrazo.
Este nervio le aporta fibras de C5 y C6.
Supinación con banda elástica o polea:
Fortalecimiento con peso libre:
Estiramiento asistido del supinador:
Estiramiento pasivo con rotación:
Una de las aplicaciones clínicas más significativas del músculo supinador se encuentra en el tratamiento de lesiones del plexo braquial, particularmente aquellas que afectan las raíces C7-T1. En estos casos, los pacientes pierden la capacidad de extender los dedos y el pulgar debido a la denervación del nervio interóseo posterior (PIN)1.
Estudios anatómicos han demostrado que las ramas del nervio radial destinadas al músculo supinador pueden ser transferidas directamente y sin tensión al nervio interóseo posterior para restaurar la extensión del pulgar y los dedos1. Esta técnica de transferencia nerviosa representa una opción valiosa de tratamiento, ya que:
La arcada de Frohse, donde la rama profunda del nervio radial atraviesa el músculo supinador, constituye un sitio potencial de compresión nerviosa. Esta compresión puede manifestarse como el síndrome del túnel radial, caracterizado por dolor en la cara lateral del antebrazo y debilidad en la extensión de los dedos y la muñeca.
La anatomía del músculo supinador, con sus cabezas superficial y profunda, crea un paso estrecho para el nervio. Como se observa en los estudios anatómicos, todas las extremidades disecadas presentaron al menos una rama destinada a la cabeza superficial y a la cabeza profunda del músculo supinador1. Esta configuración anatómica puede contribuir a la compresión nerviosa en ciertos casos.
En casos de lesiones que afectan al bíceps braquial, el músculo supinador adquiere mayor importancia como supinador primario del antebrazo. Esto es relevante en la planificación de programas de rehabilitación para pacientes con lesiones del miembro superior que afectan la supinación.
La evaluación muscular manual es una prueba clínica fundamental para valorar la función del músculo supinador. El procedimiento, según lo descrito en la literatura, implica los siguientes pasos:
Posición del Paciente:
Posición del Terapeuta:
Procedimiento:
La electromiografía (EMG) es una herramienta valiosa para evaluar la función del músculo supinador y su inervación. Esto permite:
Los estudios de imagen son complementarios para la evaluación del músculo supinador:
En Cirugía de Transferencia Nerviosa
Las pruebas diagnósticas precisas del músculo supinador son fundamentales en los procedimientos de transferencia nerviosa. Estudios anatómicos han demostrado que el diámetro medio de las ramas del supinador y del nervio interóseo posterior (PIN) son de 1,6 ± 0,5 mm y 3,0 ± 0,7 mm respectivamente, lo que significa que el diámetro combinado de las ramas destinadas al músculo supinador corresponde aproximadamente al 53,5% del diámetro del PIN1.
Esta proporción anatómica es crucial para determinar la viabilidad de una transferencia nerviosa. En casos clínicos, la transferencia de ramas motoras del nervio radial al músculo supinador hacia el PIN ha proporcionado una recuperación confiable de la extensión de los dedos y el pulgar, constituyendo una opción viable para las parálisis del plexo braquial C7-T11.
En Rehabilitación Neuromuscular
La evaluación precisa de la función del músculo supinador permite:
El músculo supinador, pese a ser un músculo relativamente pequeño, posee una significativa importancia clínica, especialmente en el contexto de lesiones del plexo braquial y síndromes compresivos del nervio radial. Las pruebas diagnósticas de precisión, que incluyen evaluación muscular manual, estudios electrodiagnósticos y técnicas de imagen, son fundamentales para su correcta evaluación.
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