Los músculos infrahioideos son un grupo de cuatro músculos ubicados en la región anterior y lateral del cuello, por debajo del hueso hioides. Estos músculos son:
Están dispuestos en dos planos:
En el plano profundo encontramos al esternotiroideo y tirohioideo.
Mientras que, en el plano superficial, encontramos al esternohioideo y omohioideo.
El esternotiroideo, tiene su origen en la Superficie posterior del manubrio esternal y se inserta en el Cartílago tiroides.
El tirohioideo, se origina en el cartílago tiroides y se inserta en el cuerpo y asta mayor del hioides.
El esternohioideo, se origina en la superficie posterior del manubrio esternal y articulación esternoclavicular. Se inserta en el borde inferior del cuerpo del hioides.
Y el omohioideo, tiene su origen en el borde superior de la escápula y se inserta en el borde inferior del cuerpo del hioides.
Si vemos su función, observamos que estos músculos son esenciales para procesos como la respiración, el habla y la alimentación. Fijaros:
Ahora vamos a ver su inervación:
Todos los músculos infrahioideos están inervados por el asa cervical del plexo cervical, que se origina en las primeras 3 vértebras cervicales (C1-C3).
Son fundamentales en la rehabilitación de la disfagia y en el mantenimiento de la función muscular del cuello. Aquí se presentan algunos ejercicios específicos:
Chin Tuck (retracción cervical) ▶️
Estos ejercicios ayudan a fortalecer la musculatura extrínseca de la laringe:
Este ejercicio trabaja la musculatura suprahioidea e infrahioidea:
Aunque se centran principalmente en la lengua, estos ejercicios también involucran indirectamente a los músculos infrahioideos:
Es importante realizar estos ejercicios bajo la supervisión de un profesional de la salud, como un logopeda o un fisioterapeuta especializado en trastornos de la deglución. La frecuencia y duración de los ejercicios deben adaptarse a las necesidades individuales del paciente, pero generalmente se recomienda practicarlos durante 6 a 8 semanas para observar cambios significativos en la fisiología de la deglución1.
Los músculos infrahioideos —compuestos por el esternohioideo, omohioideo, esternotiroideo y tirohioideo— desempeñan funciones críticas en la deglución, el habla y el posicionamiento laríngeo. Su disfunción se asocia con disfagia, alteraciones vocales y complicaciones postquirúrgicas, particularmente en cirugías de cuello y tiroides1,3. Las pruebas diagnósticas de precisión, como la electromiografía (EMG) de superficie y la ecografía muscular, han demostrado una sensibilidad del 68-90% y una especificidad del 60-78% en la evaluación de su actividad y estructura, respaldando su uso en el diagnóstico de trastornos neuromusculares y la planificación de intervenciones clínicas2.6,7.
Los músculos infrahioideos actúan como depresores del hueso hioides durante la fase faríngea de la deglución, coordinándose con los músculos suprahiodeos para garantizar el cierre laríngeo y prevenir la aspiración1,3. Estudios electromiográficos han evidenciado que su activación sincrónica es esencial para modular la presión intraoral y facilitar el tránsito del bolo alimenticio. Por ejemplo, el esternotiroideo participa en la estabilización de la laringe, mientras que el tirohioideo eleva la laringe durante la fonación, un mecanismo crítico en la producción vocal1,2.
La parálisis de estos músculos, frecuente en lesiones del nervio cervical accesorio o tras cirugías radicales de cuello, conduce a la disfagia orofaríngea y a la pérdida de la elevación laríngea3. En pacientes con cáncer de tiroides, la resección inadvertida del esternohioideo durante la tiroidectomía se correlaciona con alteraciones en la movilidad laríngea y complicaciones respiratorias postoperatorias. Además, en trastornos neuromusculares como la distrofia facioescapulohumeral, la ecografía muscular ha detectado hiperecogenicidad en el omohioideo, sugiriendo degeneración fibrótica6.
Estudios alemanes destacan su contribución a la estabilidad cervical durante movimientos de flexión y rotación. La debilidad del esternohioideo, por ejemplo, altera la alineación del hueso hioides, exacerbando condiciones como la apnea obstructiva del sueño al colapsar la vía aérea superior3.
La sEMG se ha posicionado como herramienta no invasiva para evaluar la actividad muscular durante la deglución. Un estudio canadiense empleó electrodos posicionados a 1 cm de la línea media del cartílago tiroides durante la ingesta de volúmenes controlados de agua2. La curva AUC (Área Bajo la Curva) mostró una correlación significativa con la eficacia deglutoria en pacientes con disfagia neurogénica2,7.
Aunque la sEMG presenta variabilidad intra-sujeto (CV = 15-20%), su integración con la videofluoroscopia ha mejorado la precisión diagnóstica en un 30%, permitiendo correlacionar la actividad eléctrica con eventos biomecánicos2.
La QMUS, validada en estudios australianos y americanos, detecta cambios estructurales mediante mediciones de ecogenicidad y área de sección transversal (CSA).
Reservada para casos complejos, la EMG de aguja evalúa la actividad del omohioideo y esternohioideo en reposo y contracción. Un estudio germano-canadiense reportó una precisión del 83% en diferenciar neuropatías de miopatías, basada en patrones de potenciales de unidad motora7.
Los músculos infrahioideos son pilares en la biomecánica cervical, y su evaluación mediante EMG y ecografía ofrece parámetros cuantificables para el diagnóstico temprano de trastornos deglutorios y neuromusculares. La integración de estas técnicas en protocolos quirúrgicos y de rehabilitación optimiza los resultados clínicos, subrayando la necesidad de su estandarización en guías multinacionales.
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