Ejercicios de Fortalecimiento

• Flexión activa de dedos
  Doblar los dedos hacia la planta del pie, mantener 2-3 segundos y soltar. Repetir 10-15 veces por sesión para activar los músculos flexores1,4.
• Resistencia con banda elástica
  Usar una banda elástica alrededor de los dedos (especialmente el dedo gordo) y flexionar contra la resistencia. Ideal para fortalecer el flexor largo del dedo gordo, aunque aplicable también al flexor común4,9.
• Arrastre de toalla
  Colocar una toalla en el suelo y arrastrarla hacia el cuerpo flexionando los dedos. Fortalece los músculos intrínsecos del pie y los flexores9.
• Elevación de talones con activación de dedos
  Ponerse de puntillas mientras se flexionan los dedos contra el suelo, luego bajar lentamente. Incluye variantes a una pierna o con peso para mayor intensidad4,6.
• Isométricos contra el suelo
  Presionar los dedos contra el suelo (sentado o de pie) manteniendo la contracción muscular durante 5-10 segundos. Útil para modular la fuerza según tolerancia al dolor4.
• Empuje del suelo con dedos
  Descalzo, empujar el suelo activamente con los dedos mientras se camina o se mantiene una posición estática. Activa los flexores y mejora el control motor6,9.
• Ejercicios excéntricos con asistencia
  Acortar los dedos flexionándolos y luego resistir el regreso a la posición neutral con ayuda de una banda o un fisioterapeuta, enfocándose en la fase de alargamiento muscular4,5.

Ejercicios de Movilidad

• Flexoextensión dinámica
  Alternar entre flexionar los dedos hacia la planta y extenderlos hacia arriba de forma repetitiva, mejorando movilidad y fuerza9.

Ejercicios de Estiramiento

• Estiramiento con toalla en base metatarsal
  Colocar una toalla enrollada bajo la base de los metatarsianos y realizar flexión dorsal del pie con la rodilla estirada, manteniendo la posición 30 segundos7.
• Estiramiento específico del flexor común
  En posición de zancada, colocar el talón posterior en el suelo y flexionar dorsalmente los dedos del pie trasero, manteniendo 20-30 segundos para elongar la musculatura7, 5.

Clínica del flexor común largo de los dedos del pie

Biomecánica y función

El músculo flexor común largo de los dedos del pie (FDL), también conocido como flexor digitorum longus, tiene varias funciones esenciales:

• Flexión de los Dedos: Permite la flexión de las falanges distales de los dedos segundo, tercero, cuarto y quinto del pie. Esta acción es crucial para caminar, correr, saltar y mantener una postura adecuada.1,3
• Estabilidad y Balance: Contribuye significativamente a la capacidad de los dedos para agarrar superficies, lo que es esencial para mantener el equilibrio postural, especialmente en terrenos irregulares o durante actividades que requieren estabilidad unipodal.
• Propulsión y Movimiento: Durante la fase de despegue de la marcha, el FDL trabaja sinérgicamente con otros músculos para proporcionar la propulsión necesaria y estabilizar el arco longitudinal medial.
• Soporte del Arco Plantar: Junto con otros músculos como el tibial posterior y el flexor largo del hallux, el FDL ayuda a mantener la integridad del arco longitudinal medial del pie, previniendo el aplanamiento excesivo durante la carga.2

Implicaciones clínicas que las alteraciones de este músculo pueden tener

• Tendinopatías: La inflamación o degeneración del tendón del FDL puede causar dolor posteromedial en el tobillo y pie, especialmente durante actividades que requieren flexión de los dedos.1
• Disfunción Biomecánica: La debilidad o alteración funcional del FDL puede contribuir al desarrollo de pie plano adquirido en adultos, especialmente cuando se asocia con insuficiencia del tendón tibial posterior. La debilidad también puede causar dedos en garra debido a un desbalance entre los músculos intrínsecos y extrínsecos.8,7
• Síndromes Compartimentales: El FDL puede verse afectado en síndromes compartimentales profundos de la pierna, causando dolor durante la actividad y alteraciones en la marcha. Su sobrecarga en atletas se asocia con dolor profundo en la pantorrilla, similar al síndrome de compartimento crónico.2
• Implicaciones en Patologías Neurológicas: En condiciones como la neuropatía diabética o trastornos neurológicos centrales, la función alterada del FDL puede contribuir a deformidades como dedos en garra o martillo.3
• Lesiones: Las lesiones del FDL, como tendinopatías o roturas, generan dificultad para caminar, dolor en el tobillo medial y disminución de la fuerza de agarre.
• Pie Equino: En casos de pie equino (parálisis del tibial anterior), la transferencia quirúrgica del FDL puede restaurar la dorsiflexión.

Pruebas Diagnósticas

El diagnóstico de lesiones o disfunciones en el FDL se realiza mediante una combinación de pruebas clínicas y técnicas de imagen avanzadas.

Evaluación Clínica

• Prueba de Fuerza Funcional: Se instruye al paciente para que flexione activamente los dedos contra resistencia, evaluando la fuerza, dolor y funcionalidad del músculo.
• Dinamómetro de agarre de dedos: Mide la fuerza isométrica máxima de flexión (TFS). Esta medida se correlaciona con el área transversal del músculo (r = 0.78). Los valores normales en adultos jóvenes son de 7.05 ± 1.81 N/cm².
• Test de flexión contra resistencia: El paciente flexiona los dedos mientras se aplica presión manual en las falanges distales. La presencia de dolor o debilidad sugiere una tendinopatía
• Knuckle test: El paciente flexiona activamente los dedos para hacer prominentes las cabezas metatarsales. La incapacidad para realizar este movimiento indica debilidad de los músculos intrínsecos.
• Palpación del Recorrido Tendinoso: La palpación detrás del maléolo medial puede revelar sensibilidad o engrosamiento del tendón, indicativos de tendinopatía.4
• Evaluación de la Marcha: El análisis observacional de la marcha puede revelar compensaciones debido a la disfunción del FDL, como disminución de la propulsión o alteraciones en la fase de despegue del pie.
• Prueba de Estiramiento del Hallux y Dedos Menores: Esta prueba evalúa la función coordinada del sistema flexor del pie. Se realiza extendiendo los dedos mientras el tobillo está en dorsiflexión, lo que genera tensión en el sistema flexor y puede provocar dolor en caso de patología.
• Paper Grip Test: El paciente intenta sostener una hoja de papel con los dedos. La incapacidad para hacerlo sugiere debilidad de los músculos flexores. Esta prueba tiene una confiabilidad interevaluador con un ICC de 0.87.

Diagnóstico por Imagen

• Resonancia Magnética (RM): Proporciona imágenes detalladas de alta resolución del músculo, tendón y estructuras adyacentes. Es especialmente valiosa para evaluar cambios degenerativos en el tendón, rupturas parciales o completas, edema muscular o tendinoso, variaciones anatómicas y relaciones con estructuras adyacentes. La RM tiene una sensibilidad del 95% para la detección de lesiones. En las imágenes, se identifica hipointensidad en secuencias T1 y discontinuidad fibrilar.
• Ultrasonido Dinámico: Permite una evaluación en tiempo real de la función del músculo y sus tendones durante el movimiento. Es útil para detectar tendinopatías, tenosinovitis, rupturas parciales y anomalías anatómicas. Sin embargo, tiene menor precisión que la MRI en lesiones parciales (sensibilidad 80-90%). El ultrasonido también puede visualizar la vascularización mediante Doppler, indicando procesos inflamatorios activos.
• Tenografía y Artrografía por RM: Utilizan material de contraste para visualizar con mayor detalle patologías como adherencias o estenosis de la vaina tendinosa.
• Tomografía Computarizada (TC): Útil para evaluar cambios óseos asociados con tendinopatías crónicas, como espolones o entesopatías.

Otros Protocolos de Evaluación

• Electromiografía (EMG): Puede utilizarse para evaluar la actividad eléctrica del FDL y diferenciar entre patologías neurológicas y musculotendinosas primarias. Es particularmente útil en casos de sospecha de afectación neurológica, como radiculopatías L5-S1.
• Inyecciones Diagnósticas Guiadas: Las inyecciones de anestésico local en la vaina tendinosa, guiadas por ultrasonido, pueden confirmar el origen del dolor.
• Análisis Biomecánico Computerizado: Sistemas avanzados pueden cuantificar alteraciones sutiles en la función del FDL durante la marcha.

 

Conclusión

El diagnóstico preciso de las patologías del FDL se basa en una combinación de pruebas clínicas (como la dinamometría y el test de resistencia) con la resonancia magnética (MRI), que ofrece la mayor precisión. El ultrasonido y las evaluaciones funcionales representan alternativas prácticas en entornos con recursos limitados.