Los músculos intercostales íntimos o profundos, son los más profundos de los músculos intercostales.
Los músculos intercostales íntimos se encuentran en la capa más interna de los espacios intercostales.
Se extienden desde el ángulo costal hasta aproximadamente seis centímetros del borde lateral del esternón.
Están situados por debajo de los músculos intercostales internos y las fibras de los intercostales íntimos siguen también la misma orientación que los músculos intercostales internos. Van en dirección oblicua hacia abajo y lateralmente en la parte anterior del tórax, y hacia abajo y medialmente en la parte posterior del tórax.
Los intercostales íntimos están separados de los intercostales internos por los vasos y los nervios intercostales.
Se originan en el surco costal de una costilla, específicamente en la parte posterior del surco y se insertan en el borde superior de la costilla inmediatamente inferior.
Aunque la función exacta de los músculos intercostales íntimos todavía está siendo objeto de debate, se cree que es la misma que la de los intercostales internos. Por tanto:
Si vemos su Inervación
Observamos que los músculos intercostales íntimos, al igual que los otros músculos intercostales, están inervados por las ramas colaterales de los nervios intercostales, específicamente del primero al undécimo.
Aunque no es posible aislar completamente los músculos intercostales íntimos para realizar ejercicios específicos, podemos enfocarnos en ejercicios que fortalezcan la musculatura intercostal en su conjunto y mejoren la función respiratoria y la estabilidad de la caja torácica, en la cual los intercostales íntimos juegan un papel. Es importante entender que los ejercicios no “aíslan” músculos individuales de la misma manera que podríamos aislar el bíceps con un curl, pero podemos influir en la función de un grupo muscular a través de movimientos y técnicas específicas.
Antes de empezar cualquier programa de ejercicios dirigidos a la musculatura intercostal, es crucial tener en cuenta lo siguiente:
Estos protocolos, validados en estudios de biomecánica respiratoria, mejoran la capacidad vital y reducen el riesgo de esguinces intercostales recurrentes en deportistas y pacientes con EPOC2,6.
Los músculos intercostales íntimos, situados en la capa más profunda de la musculatura intercostal, desempeñan un papel fundamental en la mecánica respiratoria y la estabilidad torácica. Su evaluación clínica adquiere relevancia en el contexto de enfermedades respiratorias crónicas, síndromes dolorosos y alteraciones posturales, requiriendo técnicas diagnósticas especializadas para su análisis preciso.
Los músculos intercostales íntimos (Musculi intercostales intimi), descritos en la literatura germana como parte integral del sistema autóctono torácico, se originan en la cara interna de las costillas superiores y se insertan en las inferiores con una orientación fibrilar opuesta a los intercostales externos4,7. Su contracción coordinada durante la espiración forzada facilita la depresión costal mediante la reducción del diámetro anteroposterior del tórax, complementando la acción del diafragma y los músculos abdominales1,6.
En condiciones patológicas como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), estudios australianos demuestran que la pérdida de masa muscular intercostal medida por tomografía computarizada (TC) se correlaciona con la gravedad espirométrica2,3. La atrofia de estos músculos reduce la capacidad para mantener la presión negativa intrapleural durante la espiración activa, exacerbando la hiperinsuflación pulmonar característica de esta enfermedad3. Además, investigaciones canadienses revelan que la disfunción de los intercostales íntimos contribuye al desarrollo de patrones respiratorios paradójicos en pacientes con distrofias musculares, donde la debilidad progresiva afecta la sincronía costodiafragmática6.
Técnica validada en estudios multicéntricos para cuantificar cambios estructurales en los intercostales íntimos. Utilizando transductores lineales de alta frecuencia (7-15 MHz), se miden el grosor muscular y la ecogenicidad en los espacios intercostales 2° y 3° parasternal, con correlación significativa con parámetros espirométricos (FEV1%: r=0.33)2,3. La medición se realiza en plano sagital durante la apnea inspiratoria, identificando la triple capa hiperecoica correspondiente a fascia endotorácica, músculo íntimo y pleura3. La ecogenicidad elevada (>110 unidades en escala de grises) indica infiltración grasa o fibrosis, asociada a mayor gravedad en EPOC2.
Método invasivo reservado para casos complejos de dolor torácico crónico. Electrodos de aguja fina insertados bajo guía ecográfica permiten registrar la actividad eléctrica basal y durante maniobras respiratorias forzadas. En pacientes con síndrome de atrapamiento neurovascular, se observan patrones de denervación aguda (fibrilaciones, ondas positivas) en intercostales íntimos adyacentes a costillas fracturadas o subluxadas5.
Protocolo estandarizado en centros alemanes para evaluar el área de sección transversal muscular (CSA) en espacios intercostales laterales. Cortes axiales de 1 mm de espesor realizados en fase espiratoria permiten diferenciar entre atrofia muscular verdadera (CSA <25 mm²) e infiltración grasa (densidad <30 HU)2,3. La correlación negativa entre masa muscular lateral en TC y grosor parasternal en ultrasonido (r=-0.42) sugiere patrones compensatorios regionales en enfermedades sistémicas3.
Técnica emergente que cuantifica la hidratación tisular y detecta edema subclínico en músculos intercostales íntimos. Valores de T2 >45 ms indican inflamación activa en miositis autoinmunes, mientras que T2 <35 ms sugiere fibrosis avanzada3. En modelos animales, esta técnica ha demostrado sensibilidad del 92% para identificar cambios precoces en modelos de distrofia muscular de Duchenne6.
Sistema multicanal que registra presiones intrapleurales y desplazamientos costales durante el ciclo respiratorio. La diferencia de presión transdiafragmática en reposo (<10 cmH2O) y durante tos máxima (<25 cmH2O) identifica insuficiencia de la musculatura intercostal íntima en enfermedades neuromusculares6.
La TC multidetector con reconstrucción 3D identifica desgarros completos de intercostales íntimos en el 12% de fracturas costales posteriores, requiriendo intervención quirúrgica cuando existen hernias pulmonares asociadas5.
La EMG detecta actividad espontánea en reposo (fasciculaciones, descargas miotónicas) en el 65% de pacientes con dolor torácico postraumático persistente, indicando denervación parcial de los intercostales íntimos5.
Aunque el ultrasonido parasternal ofrece ventajas de accesibilidad, su capacidad para evaluar músculos intercostales laterales es limitada3. La elastografía por onda de corte (SWE) emerge como técnica complementaria, cuantificando la rigidez muscular (valores normales: 12-18 kPa) para detectar fibrosis precoz2. En el ámbito experimental, la espectroscopía por RM de fósforo-31 permite evaluar el metabolismo oxidativo in vivo, con aplicaciones prometedoras en el monitoreo de terapias de rehabilitación respiratoria6.
La integración de biomarcadores ultrasonográficos con parámetros clínicos establece un nuevo paradigma en el manejo de enfermedades torácicas, permitiendo intervenciones personalizadas basadas en la preservación de la función muscular profunda2,3.
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