Durante este video vamos a ver el músculo braquiorradial o también lo podéis encontrar como supinador largo.
Es el músculo más superficial de la porción lateral del compartimento posterior del antebrazo.
Es un músculo largo, ancho y aplanado. Carnoso en sus dos tercios superiores y tendinoso en su tercio inferior.
El nombre Braquiorradial procede del griego “brachiōn”, que significa brazo y del latín “radius” que significa radio. El sufijo “al”, indica relativo o perteneciente a. Por tanto, es un músculo del brazo relacionado con el radio.
Tiene su origen en el tercio inferior del húmero, en la cresta supracondílea lateral, por encima del extensor radial largo del carpo. Se dirige hacia abajo siguiendo la cara externa del radio y se inserta en la superficie lateral de su extremo distal, justo antes de la apófisis estiloides del radio.
Forma parte de los límites de la fosa cubital. Este triángulo está delimitado hacia afuera o lateralmente, por el músculo braquiorradial, hacia dentro por el músculo pronador redondo y hacia arriba por una línea imaginaria que va desde la epitróclea al epicóndilo.
Vamos a ver su función:
El braquiorradial es una excepción entre los músculos del compartimento posterior, que son extensores.
Cómo está rotado hacia la cara anterior del húmero, lo que hace es flexionar el antebrazo.
Es especialmente activo en los movimientos de resistencia durante la flexión del antebrazo. De modo que actúa como un músculo coaptador que se opone a la subluxación de la cabeza del radio.
Cuando el antebrazo está en máxima pronación, es capaz de supinarlo durante los primeros grados. Vaya, en este caso es supinador.
Sin embargo, cuando el antebrazo se encuentra en máxima supinación, se vuelve pronador, también durante los primeros grados.
Ahora veremos su inervación:
A pesar de que es un músculo visible por la parte anterior del antebrazo, el braquiorradial es un músculo del compartimento posterior del antebrazo y por tanto, está es inervado por el nervio radial. Pero no por ramas, si no directamente por este nervio.
Este es uno de los ejercicios más efectivos para el braquiorradial:
Para trabajar específicamente la función supinadora del braquiorradial:
Recuerda que la ejecución correcta y el control del movimiento son fundamentales para obtener los mejores resultados y prevenir lesiones al trabajar el músculo braquiorradial.
La relevancia clínica del braquiorradial trasciende su función biomecánica, siendo un componente esencial para la evaluación neurológica y el manejo de diversas patologías del miembro superior.
El braquiorradial es el “músculo indicador” para el segmento espinal C6, lo que lo convierte en un elemento crucial para la evaluación neurológica. El reflejo del periostio radial (aunque incorrectamente denominado, ya que se debe a la estimulación mecánica del músculo braquiorradial y no del periostio) se utiliza clínicamente para evaluar la integridad de este segmento espinal4.
El dolor en el braquiorradial se presenta típicamente como una tensión extrema en el antebrazo, pudiendo causar dolor que empeora al utilizar los músculos del antebrazo. Este dolor frecuentemente se confunde con el codo de tenista, aunque ambos tienen causas diferentes2.
Los síntomas pueden incluir:
Por debajo del braquiorradial discurre una importante vía neurovascular que contiene la arteria radial y la rama superficial del nervio radial. Este conocimiento anatómico es crucial durante procedimientos quirúrgicos en el antebrazo, ya que la lesión de estas estructuras podría causar déficits neurológicos o compromiso vascular significativos4.
Este reflejo se evalúa golpeando sobre la parte distal del tendón del braquiorradial y observando la contracción muscular resultante. Es una prueba fundamental para valorar la integridad del nivel medular C6 y la conducción a través del nervio radial4.
La flexión del codo contra resistencia con el antebrazo en semipronación permite evaluar específicamente la función del braquiorradial, ya que esta posición optimiza su ventaja mecánica.
Aunque en los resultados de búsqueda no se mencionan estudios específicos sobre la evaluación ecográfica del braquiorradial, el ultrasonido es una herramienta valiosa para evaluar la integridad estructural de los músculos y tendones del antebrazo. Permite visualizar cambios relacionados con tendinopatías, roturas parciales o completas, y calcificaciones.
La resonancia magnética proporciona excelente definición de los tejidos blandos, permitiendo evaluar el braquiorradial en múltiples planos. Es particularmente útil para identificar lesiones musculares, edema, cambios inflamatorios y anomalías congénitas.
La electromiografía permite evaluar la actividad eléctrica del músculo braquiorradial, siendo útil para detectar denervación, reinervación y otras anomalías neurológicas que afecten a este músculo.
Estos estudios son útiles para evaluar la integridad del nervio radial, que proporciona inervación al braquiorradial, y pueden ayudar a diagnosticar neuropatías compresivas o lesiones del nervio.
El músculo braquiorradial desempeña un papel fundamental en la biomecánica del antebrazo, actuando como un poderoso flexor cuando el antebrazo está en semipronación. Su importancia clínica radica en su valor como indicador neurológico para el segmento C6, su susceptibilidad a patologías dolorosas por sobreesfuerzo, y su relevancia anatómica como referencia para estructuras neurovasculares importantes.
Las pruebas diagnósticas de precisión para este músculo incluyen la evaluación clínica mediante el reflejo perióstico radial y pruebas de flexión resistida, técnicas de imagen como ultrasonido y resonancia magnética, y estudios electrodiagnósticos como la electromiografía y los estudios de conducción nerviosa.
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