En este video vamos a ver el músculo abductor largo del pulgar.
Es un músculo extrínseco de la mano, aplanado y fusiforme y es el más voluminoso, superior y lateral de los cuatro músculos del plano profundo, que ya sabemos que son, el extensor del índice, el extensor corto del pulgar, el extensor largo del pulgar y el abductor largo del pulgar.
Este músculo es muy variable en el número de vientres musculares, en el número de tendones, en su disposición y en sus sitios de inserción, pero aquí vamos a seguir la literatura clásica de anatomía.
Tiene su origen en la cara posterior del cúbito, en la cara posterior del radio, en la zona que queda por debajo del supinador y en la membrana interósea adyacente. Luego desciende oblicuamente en sentido inferior y lateral, primero sobre la cara posterior del radio y después sobre su cara lateral.
Antes de llegar al carpo, el músculo se transforma en un tendón que cruza superiormente los tendones de los músculos extensores radiales del carpo, de los cuales está separado por una bolsa sinovial.
Luego el tendón cruza la muñeca a nivel de la cara externa de la extremidad inferior del radio en un conducto osteofibroso que es común con el del tendón del extensor corto del pulgar. Este conducto osteofibroso se sitúa en la parte más lateral del retináculo extensor.
El tendón termina insertándose en la cara lateral de la base del primer hueso metacarpiano.
Ya hemos hablado en otros videos de la tabaquera anatómica. Pues bien, su borde posterior está formado por un par de tendones paralelos que son, el del extensor corto del pulgar y el del abductor largo del pulgar.
Vamos a ver cuál es su función:
Desplaza el primer metacarpiano hacia fuera y hacia delante. Por lo tanto, no sólo es abductor sino también antepulsor del metacarpiano, sobre todo cuando la muñeca está en ligera flexión. Este componente anterior se debe al hecho de que el tendón del músculo abductor largo del pulgar es el más anterior de los tendones de la tabaquera anatómica.
Ahora veremos su inervación.
La lleva a cabo el nervio interóseo posterior. Este nervio es una rama del nervio radial que le aporta fibras de C7 y C8.
Recuerda que estos ejercicios deben realizarse sin dolor. Si experimentas molestias, reduce la intensidad o consulta a un profesional de la salud. Es importante tratar adecuadamente el abductor largo del pulgar para evitar problemas como la tenosinovitis de Quervain2.
La compleja arquitectura anatómica del músculo abductor largo del pulgar, musculus abductor pollicis longus (APL) y la variabilidad morfológica influyen directamente en su comportamiento clínico y en las manifestaciones patológicas asociadas.
La relevancia clínica del APL se manifiesta en tres dimensiones principales: su participación en síndromes dolorosos, su variabilidad anatómica quirúrgicamente relevante y su papel en la estabilidad articular.
Como componente del primer compartimento extensor, el APL es protagonista en la tenosinovitis estenosante de De Quervain. La inflamación crónica de su vaina sinovial produce dolor localizado en el borde radial de la muñeca, exacerbado por movimientos combinados de abducción y flexión del pulgar2,7. Estudios epidemiológicos indican una incidencia anual de 0.94 casos por 1000 personas adultas, con mayor prevalencia en mujeres de 40-50 años7.
La presencia de múltiples tendones accesorios (observada en 73% de los casos) y variaciones en los patrones de inserción modifican sustancialmente el abordaje terapéutico1. Estas variantes se asocian con:
La parálisis del APL secundaria a lesiones del nervio radial produce pérdida de la abducción activa del pulgar, comprometiendo funciones básicas como la oposición digital y el agarre de objetos voluminosos. En casos crónicos, puede observarse atrofia de la tabaquera anatómica.
El diagnóstico de patologías relacionadas con el APL requiere un enfoque multimodal que integre evaluación clínica, estudios de imagen y, en casos seleccionados, técnicas invasivas.
Prueba de Finkelstein
Considerada el estándar de oro para el diagnóstico de De Quervain, esta maniobra reproduce el dolor característico al realizar una desviación ulnar pasiva de la muñeca con el pulgar flexionado y aducido2,7. Su sensibilidad reportada oscila entre 72-85%, con especificidad del 50-70%7. Una variante modificada, donde el examinador palpa simultáneamente el primer compartimento durante la maniobra, aumenta la precisión diagnóstica al identificar crepitación o engrosamiento tendinoso7.
Prueba de Contracción Resistida
La abducción resistida del pulgar con la muñeca en posición neutra provoca dolor localizado sobre el primer compartimento extensor en casos de tenosinovitis. Este método presenta una sensibilidad del 89% cuando se combina con hallazgos ecográficos6.
Ultrasonido Dinámico
El ultrasonido de alta resolución (frecuencias ≥12 MHz) permite evaluar en tiempo real:
Un hallazgo patognomónico en De Quervain es la pérdida del deslizamiento normal del APL durante la abducción activa del pulgar, observable mediante cine-clips ecográficos3.
Resonancia Magnética (RM)
La RM ofrece una evaluación tridimensional detallada, particularmente útil para:
Los protocolos específicos deben incluir secuencias T2 con supresión grasa en planos axial y coronal, donde el engrosamiento difuso de la vaina sinovial (>2 mm) y el aumento de señal peritendinosa son indicativos de inflamación activa4.
La electromiografía de superficie resulta valiosa en casos de sospecha de neuropatía radial, demostrando patrones de reclutamiento anormales durante la abducción resistida del pulgar. Los hallazgos típicos incluyen potenciales de unidad motora de amplitud reducida y frecuencia aumentada.
Tendoscopia del Primer Compartimento
Esta técnica mínimamente invasiva, realizada mediante microinstrumentación de 1.9 mm, permite la visualización directa de:
Biomarcadores de inflamación
Estudios recientes proponen la medición de citoquinas proinflamatorias (IL-6, TNF-α) en muestras de líquido sinovial obtenidas mediante aspiración ecoguiada. Niveles elevados correlacionan con resistencia al tratamiento conservador y mayor probabilidad de recurrencia6.
El músculo abductor largo del pulgar constituye una estructura anatómicamente compleja cuya disfunción impacta significativamente en la capacidad funcional de la mano. El diagnóstico preciso de sus patologías requiere integrar hallazgos clínicos con técnicas de imagen avanzadas, considerando siempre su inherente variabilidad anatómica. El desarrollo de protocolos ecográficos dinámicos y la aplicación de biomarcadores inflamatorios representan avances prometedores en la optimización del manejo terapéutico, particularmente en casos refractarios al tratamiento convencional.
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