Vamos a ver el tibial anterior. Os podéis imaginar con este nombre, que se encuentra al lado de la tibia y en la parte anterior de la pierna.
Pues si, forma parte del grupo de músculos del compartimento anterior de la pierna, junto con el extensor propio del dedo gordo y el extensor común de los dedos del pie.
Si vemos estos músculos en un corte transversal de la pierna. Mmm.. este es el compartimento anterior y este es el tibial anterior, junto con el extensor propio del dedo gordo y el extensor común de los dedos del pie.
El tibial anterior es el más medial de los tres. Vaya, el que más cerca está de la línea media del cuerpo.
Es largo, grueso. Por arriba es carnoso y tendinoso por abajo.
Se origina en la superficie lateral superior de la tibia, en el tubérculo de Gerdy, en los 2/3 superiores de la superficie lateral del cuerpo de la tibia y en la parte contigua de la membrana interósea.
El cuerpo muscular tiene forma de prisma triangular, éste desciende verticalmente pegado al lado lateral de la tibia y en el último tercio se estructura este largo tendón, que veis que pasa por debajo y por el lado más medial de los retináculos extensores, el superior y el inferior.
Y acaba insertándose en la superficie medial e inferior del primer hueso cuneiforme y en la base del primer hueso metatarsiano.
Vamos a ver cómo actúa:
Es el flexor dorsal más potente del pie a nivel de la articulación del tobillo, la tibio-peroneo-astragalina y además invierte el pie a nivel de las articulaciones subastragalina y transversa del tarso, vaya que lleva el pie hacia dentro, con lo que es supinador.
En cuanto a inervación, el tibial anterior está inervado por el nervio peroneo profundo. Este tiene sus raíces en L4, L5, S1, S2,
ya que se forma a partir de ramificaciones del nervio ciático.
El nervio peroneo profundo discurre en la pierna entre el tibial anterior y los músculos extensores de los dedos.
El músculo tibial anterior, el más voluminoso del compartimento anterior de la pierna, juega un papel fundamental en la funcionalidad del miembro inferior.
La evaluación del tibial anterior comienza con una exhaustiva evaluación clínica y examen físico.
Método | Aplicación |
Electromiografía (EMG) | Diagnostica neuropatías periféricas, radiculopatías y miopatías que afectan al músculo y su inervación; ayuda a determinar si la debilidad se debe a un problema muscular o nervioso. Puede ser guiada por ultrasonido. |
Resonancia Magnética (RM) | Detecta tendinitis, rupturas tendinosas (parciales o completas), hernias musculares, masas o tumores, y otras anomalías estructurales del músculo y tejidos circundantes. Estándar de oro para lesiones por estrés óseo y tendinopatías. |
Ultrasonido | Evalúa grosor muscular, integridad del tendón (engrosamiento, cambios en la ecogenicidad, líquido en la vaina), rupturas tendinosas y hernias musculares de forma dinámica. Útil para la evaluación inicial y dinámica.4,5. |
Radiografías | Principalmente para descartar fracturas óseas u otras patologías óseas; puede mostrar fracturas por estrés avanzadas del tibial anterior. |
Elastografía | Mide la rigidez muscular para el diagnóstico de sarcopenia (valores <27 kPa indican patología). |
La combinación de una evaluación clínica exhaustiva con el uso selectivo de pruebas diagnósticas de precisión es crucial para un diagnóstico y manejo adecuados de las patologías del tibial anterior. La RM es la modalidad de imagen de elección para la evaluación detallada de lesiones de tejidos blandos, mientras que el ultrasonido es valioso para la evaluación inicial y dinámica. La EMG es fundamental en la evaluación de la función neuromuscular. Un diagnóstico preciso y oportuno puede prevenir complicaciones a largo plazo y mejorar los resultados del tratamiento.
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