Ahora vamos a ver el músculo pectoral mayor.
El pectoral mayor es un músculo grueso en forma de abanico.
Es el más grande y superficial de la pared torácica anterior.
Se sitúa superficialmente al pectoral menor, al serrato anterior, a la superficie anterior de las 6 costillas superiores y a la fascia que recubre los músculos intercostales adyacentes.
Junto con el pectoral menor, forma la pared anterior de la axila.
En las mujeres, el pectoral mayor, está cubierto por el tejido mamario.
Su anatomía es compleja pues está formado por distintos haces de fibras dispuestas en forma de abanico:
Estas son la Fibras claviculares. Se originan en la cara anterior de la mitad medial de la clavícula.
Aquí veis las Fibras esternales. Se originan en el esternón.
En los cartílagos costales de las 6 primeras costillas se originan las fibras costales. Y estas que veis aquí son las fibras abdominales. Se originan en la aponeurosis del músculo oblicuo externo del abdomen.
Las cuatro porciones del músculo convergen en un tendón plano y se insertan en la cresta del tubérculo mayor del húmero a lo largo del borde lateral del surco intertubercular, o corredera bicipital.
Las fibras musculares interiores están rotadas y dispuestas en forma de abanico, de manera que las fibras claviculares se insertan más distalmente y el resto de fibras se insertan proximalmente quedando entrecruzadas.
Ahora vamos a ver cómo trabaja:
El músculo pectoral mayor actúa sobre tres articulaciones:
la articulación esternocostoclavicular, la articulación acromioclavicular y la articulación glenohumeral.
Si el punto fijo es la caja torácica, el conjunto de las fibras del pectoral mayor producen una potente aducción y rotación medial del brazo.
Pero las diferentes fibras del pectoral mayor también pueden actuar de forma independiente. Si nos fijamos en la porción clavicular, flexiona el húmero hasta 60 grados.
Ya sabéis que también se llama a esa acción, antepulsión del hombro y la porción esternocostal actúa de forma antagónica, es decir extiende el húmero desde la posición flexionada. También sabemos que a esa acción se la llama retropulsión.
Por estas funciones se le llama el músculo del abrazo, aunque también se le podía llamar el del puñetazo.
Otra función importante del pectoral mayor la tiene en la inspiración. Si el hombro está fijo, las fibras inferiores del pectoral mayor, ayudan a elevar el tórax en la inspiración forzada.
La inervación del pectoral mayor proviene de los nervios pectoral lateral, que inerva la porción clavicular y cuyas raíces salen de C5, C6 y C7. Y por otro lado el nervio pectoral medial, que inerva el resto del músculo. Y tiene sus raíces en C8 y T1.
Los músculos, pectoral mayor y pectoral menor son los únicos músculos de la extremidad superior, cuya inervación está suministrada por los cinco segmentos espinales que forman el plexo braquial.
Recuerda adaptar el volumen y la intensidad según tu nivel de experiencia y objetivos específicos. Es recomendable combinar estos ejercicios en una rutina bien estructurada para maximizar el desarrollo del pectoral mayor.
Las rupturas del pectoral mayor representan el 3-5% de todas las lesiones musculotendinosas, con una incidencia creciente en varones de 20-40 años1,3. El mecanismo típico implica una carga excéntrica durante la fase descendente del press de banca (>100 kg), donde la combinación de abducción, extensión y rotación externa del hombro genera tensiones suprafisiológicas en la unión miotendinosa o en la inserción humeral3,6. Deportes como rugby, fútbol americano y halterofilia concentran el 60% de los casos reportados6.
Una ruptura no tratada conduce a déficits significativos:
Estudios prospectivos demuestran que la reparación quirúrgica dentro de las 6 semanas postlesión restaura el 90-95% de la fuerza y previene complicaciones a largo plazo, subrayando la urgencia diagnóstica1,3.
El PMI cuantifica la asimetría del pliegue axilar anterior mediante fotografías digitales en posición de “militar press” (abducción y rotación externa de 90°)1. La distancia pectoral mayor (PMD) se mide desde el pezón hasta el vértice de la curvatura muscular, comparándose ambos lados. Un PMD afectado/no afectado <0.9 tiene una sensibilidad del 79% y especificidad del 98% para detectar rupturas completas1,6.
Limitaciones:
La RM es el gold standard imagenológico, con sensibilidad del 100% para rupturas completas agudas en la unión tendón-hueso2. Los protocolos 3T con secuencias T2 FAT SAT permiten diferenciar:
En lesiones crónicas, la sensibilidad disminuye al 68% debido a cambios degenerativos y tejido cicricial, requiriendo correlación clínica2,6.
Evalúa la capacidad para aducir el brazo contra resistencia en decúbito supino con abducción de 90°3. La incapacidad para elevar el miembro o la aparición de un pliegue cutáneo falciforme (por tracción del fascículo clavicular) tiene un valor predictivo positivo del 93%3. Su utilidad en entornos deportivos radica en su simplicidad y rapidez.
Incluye maniobras como:
Prueba | Sensibilidad | Especificidad | Ventajas | Limitaciones |
PMI1,6 | 79% | 98% | No invasivo, cuantificable | Dependiente de técnica |
RM2,6 | 85-100% | 95% | Detalla localización y extensión | Coste elevado, disponibilidad |
Crucifijo3 | 91% | 89% | Rápido, aplicable en campo | Subjetivo en lesiones parciales |
Examen físico5,6 | 65-75% | 80% | Accesible, sin recursos técnicos | Dependiente de experiencia |
La sinergia entre PMI (cribado inicial) y RM (confirmación prequirúrgica) ofrece la mayor precisión global (93-97%)1,2.
En deportistas profesionales, la RM precoz es mandatoria incluso con PMI negativo, dado el alto costo de un diagnóstico omitido3,6. Protocolos acelerados con tiempos de adquisición <20 minutos facilitan la toma de decisiones sin retrasar la cirugía.
La ecografía dinámica complementa la RM en casos >6 semanas, identificando adherencias o cicatrización anómala6. La electromiografía descarta neuropatías asociadas (p.ej., compresión del nervio pectoral).
El diagnóstico preciso de las lesiones del pectoral mayor requiere un enfoque escalonado: el PMI como prueba de cribado, seguido de RM para confirmar el grado y localización. La incorporación rutinaria de estas técnicas reduce los retrasos quirúrgicos, optimizando la recuperación funcional. Futuras investigaciones deberían estandarizar protocolos de imagen 3D y biomarcadores séricos para lesiones subagudas.
Access all 3D models
All categories with 100+ topic
Full access to self-test quiz
View videos of each topic